Opinión

¿Debemos ser tolerantes con los intolerantes?; por Rafael Guillermo de la Piedra Seminario

Publicado el 11 de noviembre de 2025

Por Rafael Guillermo de la Piedra Seminario

 

Reflexiones sobre la tolerancia en tiempos convulsos


Vivimos una época en la que todo parece dividirnos. Las discusiones se vuelven trincheras, las redes amplifican los gritos y cada vez cuesta más encontrar espacios donde conversar sin etiquetas ni prejuicios. Pero ¿realmente somos menos tolerantes que antes? Tal vez no, aunque sí parece que la intolerancia ha encontrado nuevas formas de expresarse, más visibles, agresivas y cotidianas.

 

Vivimos en un mundo polarizado donde los matices desaparecen y, aparentemente, solo quedan los extremos. En el Perú, esa división la podemos ver en la política, en las calles, en los medios y hasta en los grupos más cercanos de WhatsApp. Cuesta escucharnos, y la desconfianza ha ido reemplazando al diálogo. Vivimos dentro de burbujas que refuerzan lo que ya pensamos y eso nos va aislando del otro.

 

En este contexto, la pregunta que formuló Karl Popper hace décadas sigue siendo urgente y vigente: ¿debemos ser tolerantes incluso con quienes no lo son? Basta mirar alrededor para entender que no se trata de una cuestión teórica: la intolerancia se ha metido en la vida pública y cotidiana, debilitando así la convivencia democrática.

 

Popper advertía que, si una sociedad permite que la intolerancia crezca sin límites, terminará destruyéndose a sí misma. No hay que mirar muy lejos para comprobarlo. Desde 2016, el Perú ha tenido siete presidentes, un síntoma claro de la crisis de diálogo y del deterioro institucional. En lugar de escucharnos, preferimos descalificar; en vez de debatir, buscamos imponernos. Así, la democracia se vuelve frágil y el desencanto se instala.

 

Pero la intolerancia no se limita a la política. Según el Ministerio de Cultura (2024), hubo cerca de 300 denuncias por discriminación étnico-racial en el país. Las comunidades afroperuanas, andinas y amazónicas siguen enfrentando exclusión y burlas; los migrantes venezolanos viven la xenofobia cotidiana; y el quechua —lengua viva y raíz de nuestra identidad— todavía es motivo de desprecio. Esa persistencia del prejuicio muestra una deuda pendiente con la inclusión y el respeto.

 

Las escuelas lamentablemente no son ajenas a este problema. En 2025 se reportaron más de 10.000 casos de violencia escolar, muchos relacionados con la discriminación (Infobae, 2025). La escuela, que debería ser un espacio de encuentro y aprendizaje, termina reflejando las divisiones de la sociedad. Educar en la tolerancia no puede ser un tema accesorio: es una urgencia.

 

El filósofo Jürgen Habermas recordaba que solo el diálogo respetuoso sostiene una sociedad plural. Sin embargo, hoy las campañas electorales parecen competencias de insultos, no de ideas. Y cuando el insulto reemplaza al argumento, la política se empobrece y la exclusión se normaliza. Otros pensadores, como Charles Taylor y Martha Nussbaum, insisten en que la convivencia plural necesita empatía y reconocimiento. Pero, como señala Amartya Sen, no basta con “tolerar” al otro desde la distancia: hay que garantizar justicia y equidad. Ser tolerantes no significa aceptar todo, sino comprometernos con la dignidad del otro, incluso cuando no compartimos su forma de pensar.

 

La verdadera tolerancia no es silencio ni resignación. Es la capacidad de decir “no” a los discursos de odio y, al mismo tiempo, abrir espacio al diálogo. En un país como el nuestro, donde las tensiones parecen multiplicarse, necesitamos recordar que la diversidad no divide: enriquece. Ante este panorama, todos tenemos un papel en esa tarea. En casa, en la escuela, en la universidad o en la calle, cada conversación puede ser una oportunidad para practicar la tolerancia. Escuchar antes de juzgar, entender antes de condenar: ahí empieza el real cambio. La política del grito podrá hacer ruido, pero nunca construirá nada duradero. Solo el diálogo, paciente y honesto, puede hacerlo. Y aunque parezca utópico, es ahí donde empieza la verdadera esperanza democrática.

 

Popper, K. (1945). The Open Society and Its Enemies. London: Routledge.
Habermas, J. (1984). The Theory of Communicative Action. Boston: Beacon Press.
Taylor, C. (1994). Multiculturalism: Examining the Politics of Recognition. Princeton University Press.
Nussbaum, M. (1999). Cultivating Humanity: A Classical Defense of Reform in Liberal Education. Harvard University Press.
Sen, A. (2009). The Idea of Justice. Harvard University Press.
Ministerio de Cultura del Perú. (2024). Informe sobre denuncias por discriminación étnico-racial. Lima.
Infobae. (2025). “Violencia escolar y discriminación en Perú.”

 

 

 

Fuente: CanalB

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