Opinión

Estabilidad de papel; por Paola Villar S.

Publicado el 14 de mayo de 2025

Por Paola Villar S., productora editorial y periodista
Publicado en El Comercio

 

“El cambio de mando en el MEF resalta, también, como una decisión ilógica e inútil; una raya más al tigre digna del gobierno que nos lidera”.


El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) es, por su naturaleza, uno de los sectores más importantes del aparato público local, y su peso trasciende al territorio nacional. Es por ello que, de entre todos los sectores que pertenecen al Ejecutivo -y por lejos-, el MEF se sostiene como la cartera ministerial más sensible a cualquier cambio de liderazgo; más aún si dichas modificaciones se dan de manera repentina y con escasas o nulas justificaciones de por medio.

 

Un clarísimo ejemplo para dimensionar su relevancia es lo que ocurrió el 30 de julio del 2021, cuando la inexistencia de un titular del MEF en el cuestionable primer gabinete del expresidente Pedro Castillo llevó a que el dólar se disparara de forma inmediata, hasta llegar a cotizar por encima de cuatro soles por billete verde, y a que las acciones de la bolsa peruana se desplomaran. Un evento financiero que nos recordó, una vez más, que el MEF seguía siendo el corazón de la estabilidad económica peruana.

 

La reciente e inesperada salida de José Salardi como titular de dicha cartera nos obliga a repasar algunos de estos hechos, y a volver a enfatizar, por más repetitivo que suene, los peligros detrás de la alta rotación ministerial que lamentablemente caracterizan al sector de Economía en los últimos años.


Aunque el cambio de Salardi por Raúl Pérez-Reyes, ministro de Transportes hasta ayer, esté lejos de generar angustia y altos niveles de estrés entre los agentes económicos locales e internacionales (Pérez-Reyes es figurita conocida, economista de profesión, y cuenta con suficiente experiencia técnica para manejar una exigente cartera como la de Economía), no deja de ser cuestionable que el ex director ejecutivo de Pro Inversión haya durado menos de cuatro meses al mando del MEF, y que su salida se dé mientras ponía en marcha diversas medidas para hacer más eficiente la gestión del Estado y mejorar así la estancada competitividad del país. Medidas que, de hecho, eran aplaudidas por una amplia mayoría.

 

Entonces, ¿qué puede haber llevado a que Boluarte, que hasta hace no mucho respaldaba las decisiones de Salardi, avanzara con este repentino cambio en el MEF? Mientras algunos especulan que el principal motivo del cambio son las negociaciones políticas de una presidenta que está cada vez más cerca del 0% de aprobación, es inevitable pensar que algo tuvo que pesar la primicia de “Panorama” sobre la propuesta del aumento salarial de Dina Boluarte, que venía siendo evaluada por la cartera de Salardi y que puso en evidencia, una vez más, las prioridades de nuestra mandataria, ridiculizando los esfuerzos para que el gasto público sea más eficiente.


Más allá de las tantas razones sobre las que podemos especular (quizás más de una sea cierta), en un contexto global marcado por tensiones comerciales y volatilidad financiera, donde la continuidad de buenas políticas es valiosa y necesaria, el cambio de mando en el MEF resalta, también, como una decisión ilógica e inútil; una raya más al tigre digna del gobierno que nos lidera.

 

 

 

 

 

Fuente: CanalB

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