En medio de un mundo cada vez más dominado por pantallas, dos escuelas secundarias de Edimburgo han decidido poner un alto radical al uso de celulares durante toda la jornada escolar.
Desde que los alumnos ingresan al colegio hasta que finalizan las clases, sus dispositivos quedan asegurados en fundas especiales de la marca Yondr, imposibles de abrir sin autorización. Esta iniciativa busca fomentar la atención plena y las interacciones cara a cara entre los estudiantes.
La medida incluye no solo las clases, sino también los recreos y los horarios de comida, lo que ha generado opiniones divididas entre los padres de familia. Mientras algunos celebran que sus hijos recuperen el contacto directo con sus compañeros y mejoren su capacidad de concentración, otros se preocupan por la imposibilidad de contactarlos en caso de emergencia. Sin embargo, los docentes han reportado beneficios claros: mayor participación en clase, reducción de distracciones y una mejora en el ambiente general de convivencia.
El trasfondo de esta decisión se relaciona con estudios recientes que advierten sobre los efectos negativos del uso excesivo de celulares entre adolescentes. Investigaciones de instituciones como la Universidad de Stanford vinculan el uso constante de estos dispositivos con el incremento de la ansiedad, la dispersión y la desconexión social. El informe de la UNESCO de 2023 también alertó sobre el impacto que los móviles pueden tener en el aprendizaje si no se regulan adecuadamente en las escuelas.
En este contexto, las escuelas de Edimburgo no buscan prohibir la tecnología, sino enseñar a convivir con ella de manera saludable. La política de desconexión apunta a desarrollar el bienestar digital de los estudiantes, ayudándolos a comprender cuándo es necesario apartarse de la pantalla y volver al contacto humano directo. En lugar de enviar mensajes por WhatsApp, los alumnos conversan. En vez de mirar TikToks, comparten miradas y juegos reales.
Este tipo de iniciativas plantea una interrogante fundamental en tiempos de hiperconectividad: ¿cómo educar a las nuevas generaciones en el uso inteligente y consciente de la tecnología? En Edimburgo, la respuesta ha sido concreta y audaz: pausar el celular para reconectar con lo esencial. Y los primeros resultados parecen indicar que, a veces, menos conexión digital puede significar más conexión humana.
Fuente: CanalB
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