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Del puerto gateway al hub regional: el modelo peruano y su proyección hacia el Pacífico del siglo XXI

Publicado el 03 de julio de 2025

Por Juan Carlos Paz Cárdenas, ex Presidente de la Autoridad Portuaria Nacional del Perú

 

Los días 25 y 26 de junio de 2025, el Perú consolidó su posición como líder logístico al ser sede del Congreso Latinoamericano de Puertos de la AAPA, evento que reunió a más de 800 especialistas y ejecutivos del sector marítimo-portuario. Más allá del encuentro, el país exhibió los frutos de un proceso de reforma portuaria técnico, sostenido y visionario, que ha convertido al sistema portuario peruano en uno de los más dinámicos, competitivos y resilientes de América Latina.

 

Este modelo no fue producto de la casualidad ni de coyunturas efímeras. Sus cimientos se remontan a los años 90, cuando el Perú inició su apertura económica con decisiones estratégicas: la creación de OSITRAN en 1998 como ente regulador autónomo, la primera gran concesión portuaria en Matarani (1999) y la promulgación de la Ley del Sistema Portuario Nacional en 2003, que estableció una Autoridad Portuaria Nacional. Estas acciones sentaron las bases de una arquitectura institucional que combinó planificación estatal, inversión privada, integración comercial y visión geopolítica.

 

El resultado ha sido una movilización sin precedentes de capital internacional, con participación de 18 países —desde Países Bajos hasta Emiratos Árabes Unidos, China y Estados Unidos— y cerca de USD 5,000 millones invertidos en infraestructura portuaria bajo esquemas de APP y proyectos privados. Hoy, el país opera 40 terminales portuarios de uso público y 49 de uso privado, con cobertura en toda su costa y ríos navegables.

 

El Callao es el emblema de esta transformación. En 2009, carecía de grúas pórtico (STS) y su productividad no superaba los 25 movimientos por hora. Hoy, gracias a las concesiones norte (APM Terminals) y sur (DP World), el puerto cuenta con más de una docena de grúas STS, alcanza eficiencias de 90+ movimientos/hora/nave y recibe buques New Panamax de 366 metros de eslora. De ser un puerto gateway, pasó a ser un hub regional, moviendo más de 600 mil TEU anuales en transbordos, que corresponden al comercio exterior de países con costa en el Pacífico, desde Guatemala hasta Chile.

 

Este salto cualitativo responde a una política de Estado orientada a posicionar al Perú como plataforma comercial y logística de alcance global. El país ha suscrito 22 tratados de libre comercio que lo integran con economías que concentran más del 90% del PBI mundial. Esta proyección internacional exige una logística de vanguardia, trazabilidad digitalizada y servicios portuarios de clase mundial. En respuesta, el país ha desarrollado otros terminales estratégicos como Paita, Salaverry, Paracas, Yurimaguas y Matarani —este último próximo a firmar una adenda que extenderá su concesión a 60 años. En ese entorno, Chancay es el proyecto paradigmático: un hub multipropósito del Pacífico Sur diseñado para recibir megabuques asiáticos y redefinir la geoeconomía regional.

 

El modelo peruano ha evolucionado hacia una fase de inteligencia logística y sostenibilidad. Se implementa un Port Community System interoperable con la VUCE 2.0 para optimizar trazabilidad y reducir demoras. Paralelamente, los concesionarios adoptan tecnologías verdes: camiones cero emisiones, dragado ecoeficiente y electrificación de muelles. La sostenibilidad ya no es un discurso: es un requisito operativo.

 

A esto se suma el relanzamiento del cabotaje (Ley 32049), que descongestionará carreteras y potenciará la intermodalidad, junto con zonas logísticas portuarias y corredores bioceánicos que integran al Perú con Brasil y el Atlántico sudamericano.

 

El desafío ya no es construir infraestructura, sino gobernar un sistema portuario complejo y globalizado. Para ello, el Perú debe consolidar cinco ejes estratégicos:

  • Intermodalidad real, integrando puertos con ferrocarriles, carreteras y plataformas logísticas.
  • Descentralización efectiva, que otorgue más autonomía y competitividad a los puertos regionales.
  • Neutralidad tecnológica, que evite posiciones dominantes y permita innovación abierta.
  • Sostenibilidad estructural, con metas claras de descarbonización y economía circular.
  • Gobernanza de Estado, con continuidad técnica, planificación integral y regulación confiable.

 

El Perú de hoy es un actor logístico global que redefine rutas comerciales, atrae inversión y se perfila como la bisagra estratégica entre Sudamérica y Asia. Su evolución demuestra que la visión, las reglas claras y la audacia pueden transformar realidades. El reto ahora es consolidar ese liderazgo y proyectarlo con convicción hacia el futuro.

 

 

 

 

 

Fuente: CanalB

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