Según diversos especialistas, son cinco gobernadores regionales los que pueden ser considerados promotores del desgobierno que se vivió tras el golpe de Estado de Pedro Castillo.

Ellos utilizaron sus primeros días de gestión para desairar, cuestionar y solicitar la dimisión de Boluarte desde el primer momento en que asumió.

Richard Hancco, gobernador regional de Puno, señaló que no respaldaría la gestión de Boluarte por considerarlo un gobierno deslegitimado. Otro de los gobernadores que rechazó al Gobierno de Boluarte es Werner Salcedo, quien se encuentra al frente de la gestión en Cusco.

Percy Godoy Medina de Apurímac también rechazó la invitación de la mandataria y en enero se sumó al pedido de otros gobernadores de pedir la salida de Boluarte.

Otra de las autoridades que ha mostrado su rechazo a Boluarte es Fabián Noriega, de Áncash: criticó su asunción presidencial, porque ella había señalado que renunciaría si es que Pedro Castillo era vacado.

Otro de los gobernadores que hizo referencia al golpista Pedro Castillo, fue Zósimo Cárdenas de Junín. En diciembre de 2022 dijo que Boluarte debía dimitir y a principios de año respaldó la movilización contra ella.