Fuente: EL REPORTE

Un nuevo grupo de rebeldes, procreado tras el golpe de Castillo, quiere convertir a la capital en la plataforma de una guerra civil, una quimera subversiva que volverá a chocar contra el estratégico despliegue de las fuerzas del orden y contra una mayoría ciudadana y patriotra que les dará la espalda. Se trata del Comité Nacional Unificado de Lucha del Perú (Conulp). Este es el principal cerebro detrás de la segunda Toma de Lima que iniciará este miércoles 1 de marzo. Apelando a la distribución de una falsa narrativa —entre sus insumos está el denominar al gobierno de Boluarte como una dictadura cívico militar— vienen exacerbando a los peruanos de distintos puntos del país, razón por la que ahora están arribando a territorio limeño en buses para restaurar la violencia en las calles en nombre de consignas erráticas: la renuncia de la presidenta, el cierre del Congreso y la instalación de una asamblea constituyente. El primer ministro Alberto Otárola adelantó que esta intentona será un rotundo fracaso, pero hizo hincapié en que debe tenerse el cuidado correspondiente, sobre todo porque la División de Seguridad de Penales de la Policía Nacional del Perú advirtió que se sumarán grupos radicales de izquierda.

Creado a inicios de febrero, el Conulp ha venido incentivando la reanudación de la escalada de violencia no solo desde el mismo campo (promoviendo plantones, realizando pintas en distritos, etc.) sino también usando las siempre permisivas redes sociales. Esto último es una herramienta simbiótica para el trabajo en las calles. En un video subido en Tik Tok, por ejemplo, dan cuenta de su agitación inicial. Se ve cómo graban una pared en la que escribieron con pintura roja: “Carabayllo en pie de lucha. Abajo la dictadura cívico militar”. También aparece otro corto en la que venían convocando una “Marcha de los conos” para el 18 de febrero, lo que fue una especie de antesala para su propuesta más contundente: la segunda edición de la Toma de Lima.

Para este llamamiento de golpear a la capital lanzaron un mensaje, totalmente fuera de la realidad:

“Las protestas iniciadas el 7 de diciembre del 2022 luego del golpe de Estado congresal-militar perpetrado contra el presidente Pedro Castllo y contra el mandato popular continúan a lo largo del país. El paro se viene acatando en las regiones del sur de manera contundente con manifestaciones masivas y cierre de carreteras. Mientras en Lima a pesar de la inconstitucional medida del alcalde Rafael López Aliaga de declarar zona intangible el Centro de Lima las protestas no han cesado, extendiéndose a los distritos de los conos de Lima. La dictadura cívico militar de Dina Boluarte y del Congreso que lo avala viene promoviendo el enfrentamiento del pueblo contra el pueblo para defender la falsa democracia”, dice al comienzo uno de los representantes del cono norte. Luego, siguió con su fórmula de azuzamiento: “La crisis es responsabilidad del gobierno golpista de facto y del modelo neoliberal promovido por la constitución fujimontesinista de 1993. (...) Las organizaciones de las regiones de la macro-norte, macro-centro, oriente; las Limas, cono norte, cono sur, cono oeste, el bloque universitario, etc, se vienen sumando a la lucha iniciada por los pueblos del sur y hoy centralizado en el Conulp”.

Después tomó la palabra otro personaje, quien puso sobre la mesa sus injustificadas razones para esta convocatoria. “Primero: convocar a paro nacional indefinido desde los primeros días de marzo”, inicia. El segundo punto, señala, es “ratificar los puntos principales de la plataforma de lucha: renuncia de la usurpadora y asesina Dina Boluarte, cierre del Congreso golpista, asamblea popular constituyente”. En el tercer eslabón apunta contra los parlamentarios. “Exigimos a los congresistas que están en contra de la dictadura que abandonen inmediatamente sus curules, dejando de ser cómplices del golpismo y se integren inmediatamente al paro y las luchas del pueblo. De lo contrario, serán catalogados como traidores de sus electores y del pueblo”.

El salto del Conulp al tablero fue tan contundente que habrían absorbido a la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación (Fenatep), el sindicato de maestros creado por Pedro Castillo. En una asamblea virtual del pasado sábado 25 de febrero, la incorporaron a sus filas para la Toma de Lima de este 1 de marzo. En su texto señalan: “Integrarse a las luchas del pueblo encabezadas por los pueblos del sur de manera orgánica y asumiendo políticamente sus banderas” y “solicitar la incorporación de la FENATEPERÚ al Conulp”. El clan del profesor chotano ahora le darán hogar, alimento, y más, en Lima durante los días que dure la lucha. El peligro sigue siendo menor por su inferioridad numérica, pero la amenaza está ahí, latente. Boluarte debería darle un parón a este tejido subversivo.

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