Fuente: EL REPORTE

La izquierda se viene fragmentando —como de costumbre— en su interna, pero esto, sin embargo, no les ha puesto coto a sus antojadizas consignas sin pies ni cabeza, lo cual ahora podría perjudicar al inicio de las clases escolares. Se ha revelado que un grueso de profesores —vinculados a Pedro Castillo— de la fusión entre la Federación Nacional de Trabajadores en la Educación del Perú (Fenatep) y el Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), este último actual brazo político de Sendero Luminoso, tiene una nueva táctica incendiaria por si la segunda Toma de Lima resulta un fracaso: cortar de un hachazo el retorno a las aulas. Su plan sería ejecutar una manifestación de alto calibre como la Huelga Magisterial del 2017 que encabezó el entonces desconocido sindicalista Pedro Castillo, recordado por su desmayo ficticio. Esta protesta, que paralizó al sector educativo casi 3 meses y fue lesivo para miles de estudiantes, buscaría poner de cabeza al gobierno de Boluarte.

Sugestionados por su rebelde “lucha para cambiar la Constitución a través de una asamblea constituyente”, sumado a su juvenil urgencia de exigir la liberación-reposición de Pedro Castillo en el poder, varios dirigentes de la coalición Fenatep-Movadef marcaron los lineamientos en una reunión virtual el pasado 25 de febrero. Tras la caída del golpista, que fue un espaldarazo, apelaron a su experiencia para la agitación promoviendo distintas marchas. La primera se dio en el intervalo enero-diciembre. Luego, fueron uno de los cerebros detrás de otras movidas como la Segunda Toma de Lima, que fue más ruido que forma y contenido. Ahora, como ya auguran el naufragio de esta nueva intentona, ya habrían premeditado ejecutar una convergencia magisterial de corte subversivo.

Pero esta dinámica insurgente, sin embargo, tendría menos eslabones en sus filas. Todo empezó con la primera ola de violencia, que inició tras el golpe del profesor chotano. El Movadef movió los hilos, con la Fenatep a su derecha. Pero no estuvieron solos. También fueron apoyados por la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) y con Patria Roja. Pero los representantes de estos últimos trastocaron la asociación: prescindieron transitoriamente de la marcha para tener una reunión en el Congreso. Por tal motivo, el movimiento vinculado a Sendero Luminoso no solo los declaró como traidores, sino que los expulsó. Y dijeron lo siguiente en un comunicado: “Deslindar de los actos de traición practicados por la CGTP y Sutep (Patria Roja) durante el paro nacional del 09 de febrero que, sin consulta alguna, rompieron la movilización e ingresaron al Congreso a tratar con estos dictadores y asesinos”.

Y esto es solo una estación de su encrucijada. Ahora la misma alianza entre Movadef y Fenatep tuvo un encontronazo. El segundo, respectivamente, es de las líneas profesorales de Pedro Castillo y su máxima representación es el Bloque Magisterial, en el Congreso. Esto se habría roto por la supuesta cesión de la bancada ante la investidura presidencial de Dina Boluarte. “De igual manera repudiar la actitud de traición realizada por la denominada ‘bancada magisterial que se han arrastrado cual serpientes para conservar sus gollerías personales ante los asesinos del pueblo”, se lee.

De todas formas, la izquierda, que es la izquierda de siempre, no da su brazo a torcer: irá atropelladamente por el caos y para el caos así sean un organismo en etapa terminal. Por eso, ya pudieron meter a Lima 9 buses, con 60 pasajeros cada uno, de Puno y Madre Dios. Pero con la consigna de solo no dejar en un punto muerto sus algaradas. Porque ahora su misión principal es darle un golpe mortal al reinicio de las clases. Así se lo confirmaron fuentes policiales a un medio local.

“Se ha llegado al acuerdo de que nosotros los maestros nos pleguemos a la huelga nacional indefinida desde el día 3, pero esta iniciaría la siguiente semana, el 5 o 6 de marzo”, anunció Mario Zapana Palomino, dirigente de la Fenatep en Puno. Y esto ahora fue reconfirmado por un oficio de la misma Fenatep: “todos los maestros a organizar e implementar asambleas en cada institución educativa, en cada distrito, provincia y región con el propósito de asumir esta medida de lucha”.

Aún no sabemos cuáles serán las proporciones de este nuevo intento de Huelga Magisterial. Lo que sí sabemos es que el gobierno tiene la posibilidad y la responsabilidad de frenarlo. Podría ser una oportunidad para, de una buena vez, acabar con la infiltración terrorista en nuestro profesorado.

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