Fuente: EL REPORTE
La espiral política de los últimos se tradujo en un veredicto desalentador: Perú ya no es una democracia. Después del fallido golpe de Estado de Pedro Castillo y tras la ola de violencia que trajo a colación este acto inconstitucional, nuestro territorio fue radiografiado por un importante medio internacional, The Economist. Los expertos de esta cadena nos identifican ahora como un “régimen híbrido”. Entre las variables que dan fuerza a su postulado están las forzadas transiciones gubernamentales y la estocada del profesor chotano. Este reporte se da mientras en el plano local el Congreso, después de rechazar tres iniciativas para el adelanto de elecciones, se quedó con la propuesta del Ejecutivo: programar los comicios para octubre de este año y delegar al próximo Parlamento la reforma total de la Constitución de 1993. Esto último encendió las alarmas por ser un eco de la asamblea constituyente.
El informe de The Economist arranca citando el golpe de Estado de Pedro Castillo el pasado 7 de diciembre. “Anunció inesperadamente su intención de cerrar el Congreso, convocar elecciones legislativas anticipadas, gobernar por decreto, reestructurar el Poder Judicial e imponer un toque de queda”, se lee. “El anuncio se produjo tras una votación en el Congreso unicameral para decidir si se destituía al Sr. Castillo (la tercera votación de destitución a la que se enfrentaba el Sr. Castillo en tras sólo 15 meses en el cargo)”, agrega.
“El autogolpe de Estado de Castillo fracasó casi de inmediato: pocas horas después del anuncio, el Congreso lo destituyó y fue detenido cuando se dirigía a la embajada de México, donde se le había concedido asilo. El fallido golpe de Estado de Castillo fue similar en sus intenciones al del ex presidente Alberto Fujimori (1999-2000), que cerró el Congreso en 1992 en un intento de concentrar el poder”, contrastaron.
Luego, siguieron la secuencia: “Dina Boluarte, vicepresidenta de Castillo, fue investida presidenta el mismo día del golpe fallido, convirtiéndose en la primera mujer presidenta de Perú. A pesar de la transición ordenada, la Sra. Boluarte se enfrentó pronto a protestas en todo el país que exigían su dimisión, elecciones generales anticipadas y, en menor medida, la liberación del Sr. Castillo de la cárcel. En los días posteriores a la salida de Castillo se registraron más de 20 muertes relacionadas con las protestas. En respuesta, la Sra. Boluarte presentó al Congreso una reforma constitucional para convocar elecciones anticipadas (que el Congreso aprobó en la primera de las dos votaciones necesarias) e impuso un Estado de Emergencia de un mes de duración”.
Y finalizó contando que toda esta suma de hechos provocó un perjuicio en la mirada del mundo sobre el Perú. “Debido a estos acontecimientos, la puntuación global de Perú descendió en 2022 y el país se clasifica ahora como "régimen híbrido". El descenso de la puntuación democrática de Perú también refleja un entorno político cada vez más inestable que ha llevado a seis presidentes al poder y a tres congresos diferentes gobernando el país desde 2016”, precisaron.
“Como era de esperar, la puntuación de la cultura política de Perú se encuentra entre las más bajas de la región, lo que refleja una polarización extrema y una alta tolerancia al gobierno militar. Además, bajo el mandato del Sr. Castillo, la capacidad del Estado despertó en gran medida debido a los más de 80 cambios ministeriales que se produjeron durante su breve mandato y al nombramiento de muchos ministros que carecían de experiencia relevante. Este legado pesará sobre la economía de Perú, así como sobre la calidad de su gobernanza y su democracia, durante muchos años”, finalizó The Economist.
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Fuente: CanalB
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