Fuente: EL REPORTE
La gestión de Dina Boluarte no cumple un mes, pero ya hizo la primera reformulación de su gabinete ministerial. Tras ser acusada de tener un grupo más técnico que político, la mandataria realizó cinco cambios, entre estos en el mismo premierato: salió Pedro Angulo; entró Alberto Otarola, quien venía desempeñándose como titular del sector Defensa y quien además venía siendo uno de los gestores del despliegue militar-policial para contener la ola de violencia desatada en el país. Una de sus primeras declaraciones dio visos de su equivalencia con la jefa de Estado: quiere someter la encrucijada al diálogo. Asimismo, indicó que presentará una “agenda parlamentaria” y, de lo más contundente, encaró al presidente de México, Manuel López Obrador, que se llevó hace poco asilada a la familia del golpista Pedro Castillo. Este reinicio está bajo la lupa, sobre todo porque está en la cola el adelanto de elecciones y la restauración de la confianza ciudadana.
Este último miércoles 21 de diciembre, Otárola asumió la presidencia del Consejo de Ministros. El rumor se materializó, pese a que este mismo negó su futura asunción. Tomado el cargo, dio los primeros lineamientos de su administración. “Me voy a poner a disposición de las fuerzas políticas para trazar una base de diálogo por aproximaciones sucesivas, y nos dediquemos todos a reconstruir la confianza, a reconstruir aquello que se ha perdido en los últimos años [...] el diálogo”, apuntó.
Aseguró que todavía no estamos frente a “una crisis resuelta”. “Todavía tenemos algunos conflictos focalizados en algunas partes de nuestro territorio. Los ministros han viajado en estos últimos días de manera intensa. Han ido a varias zonas de conflicto y aquellas zonas que necesitaban la presencia inmediata y urgente del Estado. Hemos estado en Arequipa, Ayacucho, hemos estado en Cusco, en el norte, en Chiclayo, Trujillo, en Huánuco, Puerto Maldonado, Madre de Dios", comentó.
"Necesitamos que asuman la responsabilidad de trabajar con el Gobierno para poder atender las gravísimas necesidades que tiene su población. Los convocamos de manera abierta a que unan esfuerzos con sus regiones, con el Gobierno, y con diversas instituciones y ministerios que forman parte del Ejecutivo para bajar brechas, atender la situación de pobreza y de desnutrición y todo lo que se refiere a las poblaciones vulnerables", complementó.
Luego, se dirigió hacia los anticuerpos de su elección como premier, entre estos los izquierdistas Verónika Mendoza, Indira Huilca y Sigrid Bazán: “Inclusive para quienes han anunciado que no van a apoyar las políticas públicas que vamos a llevar al Congreso de la República próximamente. Le tendemos la mano de un peruano hacia otro peruano para poder caminar juntos en el camino de la unión, de la paz y sobre todo del progreso”. Hizo hincapié además en que van “a priorizar los consensos a los disensos, vamos a presentar una agenda parlamentaria [...] Algunos proyectos de ley que requieran atención inmediata del Congreso de la República”.
Esta postura conciliadora, sin embargo, fue inversamente proporcional a la hora de dirigirse a AMLO, jefe de Estado mexicano, quien viene pidiendo la liberación de Pedro Castillo —quien cumple una prisión preventiva de 18 meses—, quien para esto ha pedido el apoyo de otros presidentes izquierdistas como Gustavo Petro (Colombia), Alberto Fernández (Argentina) y más, y quien además se llevó asilada este último miércoles 21 de diciembre a la familia del profesor chotano.
“Hacemos un llamado a que el señor López pare de referirse al Perú porque hemos conseguido, con mucho esfuerzo, que nuestro país esté en paz y no vamos a permitir que personas que tiene ninguna relación con el gobierno del Perú puedan manifestarse causando incesante intromisión en asuntos internos del país”, mencionó.
Apuntó que no habrá mayor efecto colateral tras la conducta injerencista del mandatario “Podría asegurar que no se va a romper relaciones con estos países porque son países hermanos y a los que les vamos a explicar, de acuerdo a la planificación que tenemos y los contactos la disposición real del Perú y lo que ha ocurrido en los últimos días y estamos seguros que así lo van a entender”, finalizó.
El país experimenta una transitoria tranquilidad después de la escalada de violencia. Sin embargo, nuestras autoridades no pueden dar su brazo a torcer. Ya se sabe que las manifestaciones no fueron espontáneas. Hubo azuzadores —como el ex ministro senderista Iber Maraví— y su plan podría tener varias etapas.
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Fuente: CanalB
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