Fuente: EL REPORTE

La Toma de Lima, que iniciará este miércoles 18 de enero, se convirtió en el nuevo trampolín del casi extinto Partido Morado para resucitar políticamente. Su incursión en la actual ola de violencia que se desarrollaría en la capital nos recuerda a noviembre del 2020 cuando acapararon toda la secuencia incendiaria que significó la caída prematura de Manuel Merino. Ahora, sus pedidos son: la renuncia de la presidente Dina Boluarte y llevar a cabo un nuevo proceso de elecciones que les permita obtener un resultado mayor al 2% que alcanzaron en los comicios del 2021.

“Exigimos la reuncia de Din Boluarte al cargo de presidenta de la República. Su mala gestión de la crisis que ha desencadenado en muertes de compatriotas, su poca capacidad de autocrítica (…) nos obliga a pedirle su dimisión como paso necesario para lograr la paz y la estabilidad del país”, señala el comunicado. De este modo se observa cómo al igual que en el 2020 utilizan las muertes de los compatriotas para justificar fines políticos. De la misma forma el año 2020 se usó la muerte de los jóvenes Inti y Bryan para justificar la salida de Merino sin que se hayan llevado a cabo los peritos aún.

Asimismo, los morados exigen la renuncia del presidente del Congreso. “El presidente del Congreso debe también renunciar al cargo, con el fin de que este poder del Estado elija a un/a nuevo/a titular del Legislativo entre los miembros de las bancadas, que sepa escuchar y que goce de un reconocimiento de diversos actores representativos.”, mencionan los morados. De este modo los “centristas” denotan un total desprecio por el orden constitucional pues quien debe asumir el cargo de renunciar Boluarte es el presidente del Congreso. Es lo que toca de acuerdo con la ley.

Posteriormente a todos estos pedidos solicitan que se lleven a cabo nuevas elecciones, tema que ya está en discusión en el Congreso y que se aprobó en una primera votación para llevarlas a cabo en abril del año 2024. “El/la nuevo/nueva presidente del Congreso deberá asumir la Presidencia de la República según el artículo 115 de la Constitución Política y convocar a elecciones generales para que realicen este año”. Sin embargo, los manifestantes ya dijeron que no quieren diálogo. Pese a ello, el movimiento que fundó Julio Guzmán le siguen el juego.

Todo esto se da en medio del aniversario 488 de Lima. La elección de la protesta no es casualidad. Se busca acorralar a la capital con el fin de buscar antagonizar a sociedad y que se repita la misma historia de noviembre del 2020 que vimos en aquel momento. La misma sucesión de lamentables hechos de aquel entonces que en ese entonces favorecieron a un sector político minoritario. La policía, el gobierno y las Fuerzas Armadas no pueden ceder ante la presión de grupos poco representativos como el Partido Morado, su fin es desestabilizar el país como lo vienen haciendo e imponer una agenda particular que ellos mismos han revelado.

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