Fuente: EL REPORTE

La lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, aplazó su transitorio alejamiento de la política para ajustar a la presidenta Dina Boluarte. En una conferencia realizada este último martes 13 de junio, la hija de Alberto Fujimori expresó su desacuerdo no solo con el último mensaje a la Nación que dio la inquilina del sillón de Pizarro. También manifestó que el gabinete ministerial entró a un limbo donde el cambio es la única receta para salvar su imagen. Entre los que considera prescindibles están el ministro del Interior, Vicente Romero, a quien acusó por el meteórico avance de la delincuencia, y también a la ministra de Salud, Rosa Gutiérrez, cuestionada por su pésima gestión ante la epidemia del dengue. Esta aparición, sin embargo, se da a puertas de la elección de una nueva Mesa Directiva en el Congreso. El cuadro fujimorista hace rato viene siendo voceado como un postor casi fijo para asumir este espacio parlamentario.

 

La transición

 

Cuando ya había perdido volumen la ola de violencia, que tuvo en sus filas a remanentes terroristas y a operadores del castillismo, la presidenta decidió convocar a los líderes de los distintos partidos políticos para dialogar y establecer una ruta que encarrile al país. Una de las citadas fue Keiko Fujimori. De todos los comentarios de la fujimorista, ya en el exterior de Palacio tras el encuentro aquel 15 de febrero, fue que encontró puntos de coincidencia con el Ejecutivo.

Esta complicidad, sin embargo, perdió vigencia el pasado viernes 9 de junio cuando la mandataria habló sobre sus seis meses de gestión. “Hemos visto el balance que ha hecho la presidenta de nuestro país y la verdad que me ha dejado bastante preocupada, preocupada de ver una actitud triunfalista y con cero autocrítica”, dijo la ex candidata presidencial fujimorista. “Eso nos debe de llevar a nosotros a un cambio de actitud porque si ella y su gobierno no es capaz de hacer los cambios que corresponden debemos nosotros de señalar justamente cambios en el gabinete”, agregó.
Para Keiko “la gente lo que quiere es más acción y menos triunfalismo”. Y además, según comentó, la salida inmediata de cuatro integrantes del gabinete: la ministra de Salud, Rosa Gutiérrez; del ministro de Energía y Minas, Óscar Vera; de la ministra de Agricultura, Nelly Paredes, y el ministro del Interior, Vicente Romero.

 

(Conferencia de Keiko)

 

La ruta de la crítica

 

La salida de Gutiérez, según Keiko, debe darse por su lamentable papel frente la epidemia del dengue. Consideró “inaceptable” que incluso diga que “acá no pasa nada”. Hasta el momento, hay 201 muertes y más de 13.000 infectados, de acuerdo con el mismo portafolio. Respecto a Paredes, apuntó que es una muestra de “indolencia” y de “incapacidad” ante los “hermanos del campo” que esta cartera solo haya gastado “el 15% de Punche Perú”. En el caso de Romero, aseguró que su gestión fracasó porque la inseguridad ciudadana no ha bajado. Y por último, hizo hincapié en que cómo es posible que se mantenga a Vera cuando es el artífice de una “corriente estatizadora” en su sector. Y claro no se puede omitir que se expuso el vínculo que tiene con el golpista Pedro Castillo. La advertencia es clara: para evitar una “serie de interpelaciones y censuras” es mejor reemplazarlos.

 

Esto, sin embargo, se da en una coyuntura política especial. En julio se elegirá a la nueva Mesa Directiva en el Congreso. Fuerza Popular es uno de los voceados para asumir este nuevo periodo. Incluso hubo una especie de ensayo cuando Martha Moyano (primera vicepresidenta) reemplazó a José Williams (presidente) y eso le dio mayor rédito. Además, este último martes 13, el congresista fujimorista Hernando Guerra García ratificó que Keiko no planea postular a la presidencia, pero hizo énfasis en que le gustaría que lo sea y esto dejó nuevamente abierta la posibilidad.

(Ministros Romero, Vera, Gutiérrez y Paredes)

 

Respuesta

 

Para traducir políticamente los descargos de Keiko, El Reporte se comunicó con el vocero de Fuerza Popular, Miguel Ángel Torres. “Nosotros lo hemos dicho siempre de manera clara, somos oposición constructiva. No votamos por la fórmula Castillo-Boluarte, pero somos respetuosos de nuestro ordenamiento constitucional”, señaló.

 

Apuntó que su rechazo oscila entre la “inseguridad ciudadana” por “la falta de liderazgo y estrategia” y el programa “Punche Perú” por “la pésima ejecución de proyectos”. “En este último caso la ministra de Agricultura se comprometió a invertir el 100% en el primer semestre. A un mes de ello no han avanzado ni siquiera 15%”, agregó. Aseguró además que no están de acuerdo con la visión “Estado-Empresa” que vienen moldeando.

 

Por otra parte, cuando se le consultó por la crítica al gesto “triunfalista” del Ejecutivo, indicó que “la población quiere líderes, alguien que les diga qué vamos a hacer, más allá de justificar o auto aplaudirse por lo ejecutado. Estamos solo a meses de tener un fenómeno del niño. El Perú está agotado”.

 

También habló sobre la posibilidad de que Fuerza Popular llegue a la Mesa Directiva del Congreso. “Aún es muy temprano para tener deseos de participación en la mesa. Fuerza Popular tiene su propio espacio en la política y en el Congreso”, enfatizó. Y cuando se le pregunto por el posible viraje del movimiento fujimorista respondió: “No necesita de ninguna “conversión” como usted señala. Fuerza popular está cumpliendo con la función que compartió: ser oposición constructiva”.

 

(La lideresa junto a Miguel Ángel Torres)

 

Respecto a la candidatura presidencial de Keiko, mencionó lo siguiente: “No es un tema que se haya discutido. La respuesta de Nano es lógica y evidente. En Fuerza Popular estamos convencidos que Keiko es la más indicada para dirigir el destino de nuestro país. Tiene la capacidad y experiencia. Es hoy por hoy la política más importante de nuestro país, en ese sentido es necesario escuchar a ella y a su partido. No es momento electoral, es momento de ayudar a sacar adelante al Perú”.

 

El tópico reza que en política nada es casualidad. Keiko acierta con el pedido de los cambios y con bajarle el ruido al autobombo, pero tampoco se puede omitir el acto de presentarse nuevamente en público en un intervalo decisivo en el Congreso. Y hasta en uno de largo aliento si se piensa en las elecciones del 2026.

 

 

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