Fuente: EL REPORTE

Siguiendo tácitamente la línea del golpista Pedro Castillo, el actual Ejecutivo busca que la información filtrada se ajuste a su versión de la realidad. La presidenta Dina Boluarte, quien siempre enarbola su supuesta postura conciliadora, expuso en público y sin previo aviso que estaba evaluando la salida de Juan Carlos Liendo, entonces titular de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI). Este, sin embargo, decidió adelantarse presentando su renuncia irrevocable. Las diferencias fueron porque la jefa de Estado aseguró que el funcionario había estado “sesgando información” respecto a la presencia de elementos subversivos en las manifestaciones, que tras la tregua por fiestas se reiniciaron este miércoles 4 de enero. La inquilina de la Casa de Pizarro vio a un suboficial herido y dijo “esto es terrorismo”; sabe que la Dirección Nacional contra el Terrorismo (Dircote) identificó a remanentes de Sendero Luminoso —como la camarada ‘Cusi’ en Ayacucho pagando para que protesten—; y la Fiscalía tiene en la mira a una red criminal de minería ilegal. ¿Entonces?

Desde que Boluarte asumió el poder ha venido oscilando entre todos los frentes para generar un acuerdo. Olvida que el sector izquierdista no solo ha avalado el golpe de Estado, sino que algunos han sido acusados de estar azuzando a la ciudadanía. Incluso algunos ex integrantes de círculo chotano como Iber Maraví, quien fue ministro de Trabajo y quien fue vinculado con Sendero Luminoso, viene agitando a los ayacuchanos. Pese a esto, desconoció la postura de Liendo O’Connor respecto a la alarma subversiva en estas protestas y prácticamente lo despidió en público (“Estamos viendo esa probabilidad. Vamos a hacer ajustes en la DINI”), al mismo estilo de Castillo expectorando a Mariano González del Ministerio del Interior vía WhatsApp.

La presidenta no coincidió con las siguientes declaraciones: “Aquí no hay conflictos sociales, ni siquiera hay vandalismo, porque hay un ejercicio de la violencia… con una agenda política bien clara: cambio de [Constitución], renuncia de la presidenta, cierre del Congreso, que se repite como objetivo político en cada lugar donde bloquean una carretera; en cada lugar donde tiran piedras; en cada lugar donde se ataca a la Policía y a las fuerzas del orden hay un objetivo político y eso se llama: insurgencia terrorista”.

El entonces titular de la DINI, enterado de su posible salida, anunció que también analizaba su dimisión, lo cual terminó materializando horas después. "Me dirijo a Ud., para expresarle mi cordial saludo, y hacerle de su conocimiento la decisión de mi renuncia irrevocable al cargo de director de Inteligencia Nacional de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), en razón a serias complicaciones para cumplir con las funciones asignadas de acuerdo a ley", se lee en la carta de renuncia. Indicó también que había “serias complicaciones para cumplir con las funciones asignadas de acuerdo a ley”.

El desdoblamiento de Boluarte viene minando el trabajo tanto de las Fuerzas Armadas como de la Policía y hasta del servicio de Inteligencia. En su afán por hacer una segmentación, pese a saber que las concentraciones no son espontáneas y que tienen tácticas claras, pone en evidente desventaja a las fuerzas del orden. Ahora con la DINI descabezada no hay un norte seguro respecto a la filtración de las células terroristas y criminales que agitan y seguirán agitando al país.

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