El pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2023 es de apenas un 0,8%. Este bajo rendimiento económico está influenciado por una serie de factores adversos que han afectado a la economía peruana desde principios del año y que han limitado su recuperación de la débil expansión experimentada desde la segunda mitad de 2022. Los impactos de anomalías climáticas se han destacado como un elemento crítico en esta situación.

La economía ha enfrentado desafíos continuos, incluyendo el estallido social y las anomalías climáticas, que han afectado negativamente el consumo y la inversión del sector privado, componentes esenciales del PIB. Durante el primer semestre de 2023, la inversión privada se redujo en alrededor de un 11%, marcando su peor desempeño en un primer semestre desde 1999, excluyendo la pandemia.

El sector minero ha sido uno de los pocos motores de crecimiento en medio de estas dificultades, con un crecimiento de alrededor del 12% impulsado por operaciones como Quellaveco, Las Bambas y Cuajone. Sin embargo, la economía en su conjunto ha registrado un retroceso acumulado del 0,5% en el primer semestre del año.

A pesar de algunos indicadores favorables, como menores presiones inflacionarias y el impulso del gasto público, la recuperación económica aún depende de políticas que promuevan un entorno favorable para la inversión y la generación de empleo. La incertidumbre persiste debido a posibles anomalías climáticas, como un fenómeno de El Niño, que podrían tener impactos significativos en la actividad productiva en 2024.

Se espera que la economía muestre un mayor dinamismo en la segunda mitad de 2023, respaldada por una reducción en la inflación y una mejora en la confianza empresarial. Sin embargo, incluso con esta recuperación prevista, el crecimiento proyectado para 2023 sigue siendo bajo y será el más bajo en las últimas dos décadas, excluyendo el período de la pandemia en 2020.

El panorama para 2024 es incierto, ya que existe la posibilidad de que un fenómeno de El Niño tenga un impacto negativo en la actividad económica. A pesar de estos desafíos, factores como condiciones financieras menos restrictivas y el incremento de la inversión pública podrían contribuir a un mayor crecimiento en 2024, estimado en un 2,3%.