Un grupo de oficiales en retiro de la Marina de Guerra del Perú, organizados en la Unión Naval, solicitó públicamente la expulsión del embajador cubano en Lima, Carlos Zamora Rodríguez, a quien acusan de ser un operador de inteligencia y no un diplomático legítimo.

El pronunciamiento, firmado también por el congresista José Cueto, sostiene que la permanencia de Zamora representa un riesgo para la seguridad nacional.

En la carta, los exmarinos recuerdan que Zamora, conocido en círculos disidentes como “El Gallo”, habría sido formado junto a su esposa en estructuras ligadas a la antigua KGB soviética. Según el documento, su verdadera función no sería la representación diplomática, sino la infiltración y agitación política en favor de corrientes de izquierda radical en América Latina.

Los firmantes sostienen que la influencia de La Habana en la región se ha reflejado en alianzas con el chavismo en Venezuela y el sandinismo en Nicaragua, así como en recientes convulsiones sociales en Chile, Bolivia y Colombia. A esto suman hechos ocurridos en el Perú, como la reunión de Zamora con el exministro del Interior Willy Huerta, no registrada en Transparencia, y la llegada de 85 médicos cubanos durante la pandemia de COVID-19, de quienes se desconoce su real actividad en el país.

La Unión Naval advierte que las investigaciones periodísticas ya habían dado cuenta de la cercanía del embajador con figuras de Perú Libre durante la gestión de Pedro Castillo. Ante ello, instan al actual gobierno de Dina Boluarte a reducir las relaciones con Cuba a un nivel estrictamente consular, como sucede con Venezuela.

Finalmente, el pronunciamiento exige que Zamora y su esposa abandonen de inmediato el territorio peruano, advirtiendo que la estabilidad política y la seguridad del país podrían verse comprometidas en un contexto de creciente tensión hacia las elecciones generales de 2026.