La Sociedad Nacional de Radio y Televisión (SNRTV) admitió a trámite una queja presentada contra Latina TV por presunta vulneración del Código de Ética, tras un episodio protagonizado por Ricardo Morán en el programa “Yo Soy”. La Secretaría Técnica de la institución abrió un expediente formal para determinar si los comentarios del jurado atentaron contra la dignidad del participante Percy Palacios y el respeto al pluralismo religioso.

El caso se registró bajo el Expediente N.° 011-2025, luego de que el periodista y especialista en legislación televisiva César Alfredo Vignolo Gonzáles del Valle denunciara que las expresiones de Morán contravinieron los principios de respeto a la persona humana y a la diversidad cultural y religiosa. La polémica surgió cuando Palacios, al imitar al cantante Christian Meier, expresó “En primer lugar, agradecer a Dios”, lo que motivó la intervención de Morán con la frase: “¿En primer lugar agradecer a Dios, eso es completo o cuál es el apellido?”.

La intervención generó incomodidad inmediata y provocó reacciones en redes sociales, donde los usuarios calificaron los comentarios como ofensivos y exigieron sanciones contra la televisora. La SNRTV confirmó que la queja cumplió los requisitos de admisibilidad y decidió acumularla a un recurso anterior ya en trámite, lo que amplía el alcance de la investigación.

De acuerdo con el procedimiento, Latina TV tiene tres días hábiles para presentar sus descargos y remitir una copia digital del segmento cuestionado. El material será revisado por la Comisión de Ética, que evaluará si hubo infracción al respeto de la dignidad humana y al pluralismo político, social, religioso y cultural, principios que sustentan el marco normativo de la radiodifusión nacional.

En caso de comprobarse la vulneración, la Comisión podrá imponer sanciones y medidas correctivas contra el canal. Mientras tanto, el gerente de Latina, Eric Jurgensen, publicó en TikTok un mensaje sobre humildad y ego, interpretado por algunos como una respuesta indirecta a la controversia. El proceso mantiene en expectativa a televidentes y reguladores, al poner nuevamente en debate los límites de la libertad de expresión en la televisión nacional.