Por Mario Figueroa, director fundador de BTH Group
Publicado en Gestión

La disrupción es un fenómeno que ha marcado la historia de la humanidad. Es la fuerza que desafía el statu quo, sacude los cimientos de lo establecido y genera cambios profundos en la sociedad y la tecnología. A menudo, enfrentar la disrupción puede ser aterrador, incierto y desafiante, pero a la vez impulsa la innovación y el progreso.

Para muchos ejecutivos, el miedo a la disrupción termina siendo tan grande que se convierte en el argumento perfecto para no hacer nada. Investigadores del tema sostienen que el temor a la disrupción es bastante exagerado y concluyen que cuando la disrupción golpea fuerte es porque la empresa estaba mal preparada para enfrentarla.

Piensa en los grandes visionarios y emprendedores que han cambiado nuestro mundo. Steve Jobs, cofundador de Apple, no solo revolucionó la industria de la tecnología, sino que también cambió la forma en que vivimos, trabajamos y nos comunicamos. Elon Musk, con su enfoque audaz en la exploración espacial y la movilidad sostenible, está desafiando los límites de lo que creíamos imposible. Estos disruptores no solo vieron oportunidades donde otros veían obstáculos, sino que también tuvieron el coraje de actuar y cambiar el juego.

La disrupción nos exige cuestionar nuestras suposiciones y abrazar el cambio. Nos invita a ser flexibles y a adaptamos a un mundo en constante evolución. A medida que enfrentamos momentos de disrupción en nuestras vidas, debemos recordar que detrás de cada desafío hay una oportunidad para aprender, crecer y prosperar. La resiliencia y la creatividad se convierten en aliados poderosos en nuestro viaje hacia donde queramos llegar.

La disrupción también puede manifestarse en nuestras vidas personales. Cambios inesperados, desafíos y crisis pueden sacudir nuestras rutinas y nuestras expectativas. Pero, al igual que las empresas, podemos encontrar formas de adaptarnos y florecer en medio de la adversidad.

Uno requiere equilibrio, determinación y un sentido profundo de dirección. Tomar decisiones demanda superar varios desafíos, nos lleva a lugares nuevos y emocionantes, listos para enfrentar lo que viene a continuación.

Así que la próxima vez que enfrentes el miedo al cambio, recuerda que detrás de ese desafío hay un potencial ilimitado. Conviértete en un pensador disruptivo para poder analizar y procesar información de manera original, generando ideas y soluciones no tradicionales. Tómense su tiempo, hagan una lluvia de ideas, cuestionen situaciones, realicen acciones utilizando herramientas desconocidas, salgan del molde.

No tratemos de ser los más rápidos frente a la competencia, seamos los mejores y lo más importante es que ese impacto disruptivo se mantenga con una importante ventaja en el tiempo.