El proyecto de crear un nuevo cuerpo policial con licenciados de las Fuerzas Armadas ha generado fuertes críticas en Perú, a pesar de los esfuerzos gubernamentales para lograr su aceptación.

Aunque el primer ministro, Alberto Otárola, y el titular del Interior, Vicente Romero, han declarado sobre la forma de cubrir el déficit de policías, las objeciones continúan.

La propuesta busca reclutar a jóvenes que terminen su servicio militar voluntario y reciban seis meses de preparación para cumplir tareas de prevención de delitos de robo, hurto y vandalismo.

Sin embargo, entendidos en seguridad, como el exviceministro de Seguridad Pública Ricardo Valdés, opinan que el proyecto es similar a crear vigilantes municipales, pero con armas y autoridad para perseguir y, eventualmente, matar a presuntos delincuentes.

El exministro de Interior Fernando Rospigliosi calificó el proyecto como pésimo y desastroso, advirtiendo que podría empeorar la situación. César Bazán, abogado, considera que la propuesta es engañosa y afectaría la calidad y profesionalidad de la Policía, ya que dotarían de más personal pero sin una formación adecuada, lo cual sería una bomba de tiempo.

Mientras algunos exministros del Interior, como Carlos Morán y Rubén Vargas, consideran aceptable la idea, insisten en la importancia de un debate sobre la selección y preparación adecuada de los nuevos policías.

Las críticas al proyecto resaltan preocupaciones sobre la formación y preparación de los nuevos agentes, advirtiendo que podría poner en riesgo los derechos humanos y la seguridad ciudadana.