El presidente socialista Lula da Silva está impulsando una reforma tributaria en Brasil que ha generado controversia debido a sus propuestas de aumento de impuestos. El proyecto busca reformar el sistema tributario y está orientado a incrementar la recaudación del Estado para financiar la agenda socialista del gobierno.

Una de las medidas más destacadas de la reforma es la unificación de los impuestos indirectos bajo la forma de un Impuesto al Valor Agregado (IVA), en lugar de los impuestos anteriores, lo que podría mejorar la eficiencia del sistema tributario. Sin embargo, el proyecto también incluye un aumento de la tasa general del nuevo IVA al 25%, lo que sería una de las tasas más altas en América.

La propuesta de aumento de impuestos ha generado preocupaciones sobre su impacto en la iniciativa privada y en la economía en general. Aunque la reforma también incluye tasas reducidas y exenciones para ciertos bienes y servicios, la tasa general del 25% es considerablemente alta y podría afectar la competitividad de Brasil en comparación con otros países.

Además, la reforma otorga poderes discrecionales al Gobierno federal y a los Estados locales para crear nuevos impuestos sobre exportaciones, servicios, energía, combustibles y explotación de minerales. Esto podría generar incertidumbre para los inversores debido a la posibilidad de cambios en las reglas de juego.

Otra medida polémica es la propuesta de aumentar el impuesto a las sucesiones y donaciones, utilizando un sistema de alícuotas progresivas que podría afectar la acumulación de capital y, potencialmente, llevar a la salida de grandes patrimonios del país.