La tragedia en Kfar Aza, el kibutz en el sur de Israel, ha conmocionado al mundo. Hamas llevó a cabo un ataque terrorista el pasado sábado desde la Franja de Gaza que resultó en la muerte de al menos 40 bebés en este tranquilo enclave.

El general israelí Itai Veruv, quien guió a la prensa extranjera por la escena devastada, describió la situación como una masacre atroz, lejos de ser un campo de batalla.

Las imágenes que emergen de Kfar Aza son desgarradoras, con bebés decapitados y familias enteras asesinadas mientras trataban de refugiarse en sus hogares. Esta violencia ha dejado una huella imborrable en la comunidad y en el mundo.

Según el ex embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, los terroristas involucrados no se limitaron a militantes de Hamas, sino que incluyeron a personas de Gaza que perpetraron atrocidades en el kibutz.

Las cifras de muertos en Kfar Aza son impactantes, con casi un tercio de su población, alrededor de 200 de los 765 habitantes, masacrados por los terroristas. En total, el número de muertos en los ataques de Hamas ha alcanzado las 900 personas, la mayoría de ellas civiles inocentes asesinados en sus hogares o en las calles, eclipsando cualquier ataque previo de los islamistas desde el 11 de septiembre en Estados Unidos.

Mientras tanto, la violencia continúa en la región, con cientos de muertes en ambos lados y distritos enteros de Gaza en ruinas. La comunidad internacional sigue instando a un alto el fuego y a un retorno a la paz en esta región marcada por la tragedia.