Tras el golpe de Estado del entonces presidente Pedro Castillo el pasado 7 de diciembre, su defensa ha cambiado en múltiples ocasiones, al menos doce veces en menos de treinta días.

Según diversos especialistas esto podría corresponder a una estrategia de victimización para luego argumentar que no se ha respetado el debido proceso y su derecho a la defensa.

El primer abogado que tuvo Castillo tras haber sido detenido por su flagrante acto de rebelión fue el expresidente del Consejo de Ministros Aníbal Torres Vásquez, quien hoy se encuentra dictando clases en las aulas universitarias.

Otro de los abogados de Castillo fue Víctor Pérez Liendo, quien firmó una carta a nombre de Castillo solicitando asilo al Gobierno mexicano; y también estuvo en su defensa Guillermo Olivera, quien dijo que el exmandatario estaba un poco sedado al dar el golpe.

También se encontraron entre sus abogados Ronald Atencio y Raúl Noblecilla, quienes terminaron renunciando, ambos ligados al congresista de Perú Democrático y de los más cercanos a Castillo antes del golpe, Guillermo Bermejo.