El fenómeno meteorológico El Niño ya comenzó según la Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.

El mismo se caracteriza por el calentamiento de la superficie del océano Pacífico oriental ecuatorial y se produce cada 2 a 7 años en promedio, trayendo consecuencias para todo el planeta al propiciar climas extremos, así como lluvias y sequías.

La Organización Meteorológica Mundial había previsto que el período 2023-2027 sería el más caluroso de la historia de la Tierra, precisamente bajo el efecto combinado de El Niño y el calentamiento global provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero.

En general, El Niño tiende a moderar la actividad de huracanes en el Atlántico, pero los favorece en el Pacífico.

Australia advirtió que El Niño aumentará sus temperaturas, en un país que ya de por sí es vulnerable a incendios forestales. La influencia del fenómeno en Estados Unidos es débil durante el verano, pero más pronunciada desde fines del otoño hasta la primavera.