El miércoles, en un trágico suceso que ha conmocionado al mundo, el candidato presidencial Fernando Villavicencio fue asesinado durante un mitin político en la capital, Quito. Villavicencio, de 59 años, era conocido por su valiente postura contra la corrupción estatal y los vínculos entre el crimen organizado y el gobierno.

Tras dirigirse a un grupo de jóvenes simpatizantes afuera de una secundaria, Villavicencio fue atacado a tiros en una balacera.

Este trágico asesinato se produce en medio de una creciente preocupación por la violencia relacionada con el narcotráfico en el país. A solo días de las elecciones, la nación ya estaba consternada por el asesinato de un alcalde en una aparición pública.

Ecuador, que en el pasado fue considerado relativamente seguro, ha sido afectado por la influencia creciente del narcotráfico y la colaboración entre carteles extranjeros y pandillas locales, generando un aumento drástico en la violencia y la tasa de homicidios.

Asesinan a sospechoso de crimen de Villavicencio

El presidente Guillermo Lasso expresó su indignación por el asesinato de Villavicencio y responsabilizó al "crimen organizado". Poco después, la Fiscalía General informó que un sospechoso había sido aprehendido y falleció tras un tiroteo con las fuerzas de seguridad.

 Además del candidato, otras nueve personas resultaron heridas en el enfrentamiento, incluidos dos policías y una candidata a la Asamblea Nacional.

Este acto de violencia ha sumido al país en una profunda conmoción, agravada por la crisis económica y la agitación política y social que ya lo afectaban. El asesinato de Fernando Villavicencio, quien había sido periodista, activista y legislador, plantea interrogantes sobre la seguridad de los candidatos y la estabilidad política en el país.

Las elecciones presidenciales y para asambleístas, en las que Villavicencio iba a participar, están programadas para el 20 de agosto, añadiendo una dimensión adicional de incertidumbre en este momento crítico para Ecuador.