Por Ricardo Vásquez Kunze, publicado en Expreso
Los tres jueces de la Sala Constitucional que acaban de otorgarle la medida cautelar a la JNJ para que se detenga su proceso de investigación y destitución en el Congreso, dependen de la JNJ para ser ratificados. Lo lógico es pensar que se han curado en salud. Si no les otorgaban la cautelar, su inquisidores hubieran podido destituirlos así que tenían una espada de Damocles sobre la cabeza. Por eso ha hecho bien el Congreso en contratacar a través de la congresista Chirinos para denunciarlos penalmente ante la fiscalía por prevaricato y abuso de autoridad. El prevaricato es obvio según la sentencia 003-2022-PCC/TC, F.83 “(…) los jueces de la República, al momento de expedir sus resoluciones, no pueden subrogar inconstitucionalmente las competencias de otro poder estatal ni las atribuciones de otro órgano constitucional, ni impedir u obstaculizar su ejercicio”. La cosa está clara. Esta es la típica forma de proceder de los caviares. Ya lo hicieron con la elección de los magistrados del Tribunal Constitucional y con la del Defensor del Pueblo. Cuando sus candidatos no iban a obtener los votos en el Congreso e iba a salir alguien que ellos no querían o no podían controlar, ¡zas!, una cautelar.
Por eso no quieren perder la JNJ. La razón es muy simple. Ya perdieron la Fiscalía de la Nación vizcarrista y caviar de la lagartona Zoraida Ávalos y, por supuesto, ahora no quieren perder el Poder Judicial donde todavía tienen sus tentáculos. Mientras, los miembros de la JNJ que no quisieron decir ni mus frente a la Comisión de Constitución del Congreso, se despachan a sus anchas en varios reductos caviares que todavía quedan en cable y señal abierta, además de sus abogados por supuesto. Los caviares se valen de una serie de leguleyadas para impedir la decapitación de la JNJ, pero esto es como muerto el perro muerta la rabia. El Congreso debe dejarse de blandenguerías y acciones legales que durarán años y proceder a destituirlos si tienen los 87 votos de inmediato. ¿Qué les puede pasar? Los caviares amenazan con que si desacatan una orden judicial podrían ser encausados los congresistas que votaron penalmente; además de la interposición de sendas acusaciones constitucionales. Los caviares creen que pueden revivir los procesos de Moscú y sentar en el banquillo a 87 parlamentarios. Eso nunca ha pasado ni nunca pasará. Otros mongos creen que las calles se van a levantar contra el gobierno de Boluarte como sucedió con Merino porque “nadie debe obediencia a un gobierno usurpador”. Los caviares no acaban de entender que en su submundo paralelo en el Perú nadie tiene la menor idea de qué cosa es la JNJ ni para qué sirve y que tratar de asimilar la defenestración del TC en los 90, va a ser muy difícil teniendo como abogado de la junta a Omar Cairo, el padre de la interpretación auténtica de la denegación fáctica de la confianza que sirvió al corrupto y genocida Vizcarra para perpetrar su golpe de Estado y disolver el Congreso. En síntesis, a ninguna mayoría en el país le importa un bledo el destino de la JNJ y las chillas de las ONG caviares en el extranjero siempre será de esperarse. Lo que diga la ONU también importa un comino, ¿o acaso Israel le hace caso? En síntesis, el Congreso no pierde nada recuperando el control de la situación porque está en su derecho mientras se trata de conseguir los 87 votos para mandar a esas lagartijas a su casa.
Fuente: CanalB
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