Por Carlos E. Gálvez Pinillos, expresidente de la SNMPE
Un ex ministro de economía y finanzas, a quien le “pica el ojo y le hinca el hígado”, hoy se queja amargamente de que a las AFP se les permita invertir hasta el 80% de los fondos previsionales, en el extranjero.
Este personaje debe haber estudiado cualquier cosa, menos economía. No llega a comprender, que cuando uno crea un sistema previsional, debe tener presente:
Este inefable personaje, se queja de que las AFP “se están llevando los fondos del Perú”, cuando deberían ser invertidos en nuestro país y especula que, podrían estar financiando a empresas propias de un mismo conglomerado.
En suma, dice, que “ese enorme fondo no promoverá la inversión privada nacional. No financiará inversiones de pequeñas y medianas empresas industriales, no ayudará al progreso del agro, no facilitará la competitividad y el avance tecnológico, ni servirá de apoyo para que una infraestructura importante sea realizada”.
El objeto de un fondo previsional, es maximizar el retorno de una inversión acumulada a lo largo de la vida laboral, con la mayor seguridad posible, acorde al apetito de riesgo del aportante y ligado al tiempo faltante para la jubilación, para que el pensionista reciba la mayor retribución posible en su vejez. Obviamente, estos instrumentos, además de ser rentables, deben contar un adecuado nivel de liquidez, para poder cambiar de instrumento de inversión en la medida que las circunstancias del mercado así lo aconsejen.
En el Perú, las AFP han tenido acceso a instrumentos nacionales de rentabilidad adecuada y liquidez muy razonable, lo que nos daba a todos los aportantes a fondos administrados por las AFP, una gran tranquilidad.
Todo bien, hasta el día en que, por puro populismo, al ejecutivo y al congreso se les dio por “la fiesta de los retiros”, destruyendo el sistema. En esas circunstancias, los especialistas y gestores de fondos, advirtieron del impacto negativo para los futuros pensionistas y el daño que estarían causando.
Como resultado, las AFP se vieron forzadas a vender bonos soberanos, que bien hubieran podido financiar infraestructura o apoyado todo lo que este señor añora. Lo cierto es, que las AFP se vieron obligadas a sacrificar rentabilidad de las inversiones, para privilegiar una mayor liquidez; condición indispensable para afrontar siete retiros masivos de fondos previsionales y estar preparados para el octavo retiro anunciado.
La consecuencia de estas decisiones es que, quedan en el país pocos instrumentos suficientemente seguros, rentables y líquidos, como para anclar en el Perú fondos previsionales que superan los 100 mil millones de soles y, en teoría, crecientes, a menos que sigan fomentando los retiros.
El problema es que, estos personajes no son consecuentes con sus decisiones y no les gusta asumir las consecuencias de sus actos. Como dicen por ahí, “hoy lloran como niñas lo que no supieron defender como hombres”.
A los políticos de izquierda, les encanta concentrar el dinero al alcance del Estado y el poder, para así manejar los recursos financieros del país a su gusto. Tienen un afán monárquico, odian la libertad y quieren someter a quien se oponga a sus designios. Por eso los países no crecen como debieran, los aparatos estatales en cambio, crecen y se abultan, quieren vivir de favores y que se los deban (veamos nomás cómo sin ser liberada de la cárcel, Betssy Chávez ya tenía propuesta de empleo en el congreso, a la sombra de Roberto Sánchez), uno de decenas de miles de casos en el aparato estatal.
En esas condiciones y, hasta que reforcemos las instituciones, será mejor que las AFP puedan definir técnicamente, cuál es el mejor destino de inversión de los fondos que administran, poniendo a buen recaudo y fuera del apetito socialista, dichos fondos. Por su lado, los políticos deben generar estabilidad y confianza, para con ello, hacernos merecedores de la credibilidad necesaria, que atraiga fondos nacionales e internacionales, para ser invertidos en nuestro desarrollo.
¡Debe quedarle claro a TODO EL MUNDO, que la razón de ser de los fondos previsionales, es procurar la mejor vejez posible, después de cumplir la edad de jubilación y no “contar con una despensa disponible para el Estado”!
Fuente: CanalB
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