Escrito por Juan Carlos Suttor en el blog Sin Pelos en la Lengua
La inauguración del nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez ha sido, sin duda, uno de los eventos más esperados en la infraestructura peruana. Diseñado para ser un hub regional de primer nivel, esta imponente obra ha generado una oleada de optimismo y orgullo, pero también ha enfrentado un aluvión de críticas y desafíos operativos en sus primeros días. En este artículo trataré de analizar el balance entre las altas expectativas y la realidad de su puesta en marcha.
Desde el anuncio de su construcción, el nuevo Jorge Chávez se proyectó como un símbolo de modernidad y eficiencia. Los comentarios positivos no tardaron en surgir:
- Modernidad y Diseño de Vanguardia: La nueva terminal es notablemente más grande y luminosa que la anterior, con un diseño que evoca la estética de aeropuertos internacionales de primer mundo. Sus amplios espacios, la incorporación de arte que realza la cultura peruana y la estética general han sido muy elogiados, ofreciendo una experiencia visualmente atractiva y funcional.
- Tecnología e Innovación: La implementación de tecnología de punta para agilizar los procesos de check-in, migración y manejo de equipaje ha sido destacada. Con pantallas informativas y zonas "instagramables", el aeropuerto busca no solo eficiencia, sino también una experiencia de usuario mejorada. Se ha resaltado su carácter pionero en Latinoamérica al ofrecer ciertas tecnologías que antes solo se veían en los aeropuertos más avanzados del mundo.
- Capacidad y Proyección Futura: Con la capacidad para recibir hasta 40 millones de pasajeros al año, el nuevo terminal posiciona a Lima como un punto estratégico de conexión aérea en Sudamérica. Este aumento en la capacidad es crucial para satisfacer la creciente demanda y proyecta al aeropuerto como una "ciudad-aeropuerto" en el futuro, integrando servicios y facilidades más allá de lo meramente aeronáutico.
- Oportunidades Económicas y Laborales: La construcción y operación del nuevo aeropuerto es un motor económico. Se estima que generará más de 120.000 empleos directos e indirectos, impulsando la economía local y nacional. Su potencial para el comercio y la mejora logística es un factor clave para el desarrollo del Callao y del Perú.
Pese a los elogios, la inauguración no ha estado exenta de problemas, lo que ha generado frustración entre usuarios y aerolíneas:
- Problemas de Acceso y Congestión Vehicular: Una de las críticas más recurrentes es la congestión severa en la Avenida Morales Duárez. La falta de una conexión eficiente con el transporte público masivo (como el Metro, aún en construcción) y un acceso peatonal adecuado ha provocado largas demoras. Las quejas sobre el servicio y los costos del AeroDirecto, así como la limitada regulación de taxis, han acentuado este problema.
- Interrupciones en el Abastecimiento de Combustible: Se han reportado cancelaciones y retrasos de vuelos debido a problemas en la distribución de combustible. Este inconveniente no solo afecta la puntualidad, sino que genera un efecto dominó que impacta a miles de pasajeros y a la reputación operativa del aeropuerto.
- Deficiencias en Señalización y Orientación: Varios usuarios han señalado que la señalización es insuficiente, tanto en los accesos vehiculares como dentro del terminal, lo que dificulta la orientación y genera confusión, especialmente para quienes visitan el aeropuerto por primera vez.
- Cuestionamientos a Servicios y Operaciones: Se han reportado problemas como la ausencia de una oficina formal de Migraciones en el nuevo terminal, la ubicación provisional de la Policía Nacional, largas colas en los controles de seguridad, fallas en los escáneres y, lamentablemente, denuncias de robos de equipaje. También han surgido dudas sobre la capacidad de algunas áreas, como las salas de espera o migraciones, que parecen ser demasiado pequeñas para el flujo de pasajeros esperado.
- Desafíos en la Pista de Aterrizaje: Si bien se construyó una segunda pista, las limitaciones operativas y la falta de plena funcionalidad han generado inquietud sobre si se resolverán completamente los desafíos de capacidad aérea.
Ante estas críticas, es fundamental una respuesta de compromiso y acción. Los operadores y las autoridades están trabajando para solucionar los problemas más urgentes, desde la optimización de los accesos y la gestión del tránsito hasta la garantía de un suministro de combustible ininterrumpido.
La implementación de mejoras en la señalización, el refuerzo del personal de orientación y la coordinación con entidades como la Defensoría del Pueblo e Indecopi son pasos clave para garantizar una experiencia de calidad.
Como todo gran proyecto el nuevo Jorge Chávez atraviesa una fase de "puesta a punto" que tomará algunos días y tal vez semanas. Si bien los desafíos iniciales son innegables, también son oportunidades para identificar y corregir deficiencias. La visión a largo plazo es que este aeropuerto se consolide como un motor vital para el desarrollo económico y turístico de Perú. La paciencia y la comprensión de los usuarios serán fundamentales mientras este gran proyecto se ajusta para cumplir con las expectativas de una infraestructura verdaderamente de clase mundial.
Cuando uno se muda a un departamento o a una casa siempre hay incomodidades los primeros días: las cajas están cerradas, no encontramos las cosas, hay aparatos sin conectar, faltan enchufes, etc. ¿A quién no le ha pasado? La mudanza del viejo al nuevo aeropuerto, que no es un departamento o una casa, tuvo que hacerse en 12 horas, ¿qué esperan?
Los peruanos queremos ver un mejor país ¿verdad? Entonces no seamos mezquinos y cambiemos la queja por la acción. Empecemos por ver el vaso medio lleno y no el vaso medio vacío.