Una reciente encuesta de CNN ha revelado que el expresidente Donald Trump y el Partido Republicano han logrado consolidar un respaldo significativo de la clase media estadounidense, particularmente en temas relacionados con la economía.

Esta tendencia refleja el impacto de las políticas republicanas centradas en la reducción de impuestos, el fortalecimiento de la industria nacional y la generación de empleo.

Durante su liderazgo, Trump ha proyectado una imagen de compromiso con los intereses de los trabajadores y pequeños empresarios, ganándose la confianza de sectores que históricamente habían mostrado mayor simpatía por otras propuestas políticas. Su enfoque pragmático en asuntos comerciales, incluyendo la aplicación de aranceles, ha sido clave para fortalecer industrias locales y proteger empleos.

Para el exmandatario, el sistema multilateral de comercio pertenece a un mundo ya superado, y ha optado por renegociar tratados en términos que, según sus partidarios, beneficien más directamente a Estados Unidos. Esta postura ha resonado entre votantes que buscan mayor soberanía económica frente a la globalización.

Con este panorama, Trump no solo refuerza su figura como líder dentro del Partido Republicano, sino que también marca distancia con las políticas económicas de sus opositores. El resurgimiento de la clase media, bajo su narrativa, se presenta como un logro concreto de su visión nacionalista y proteccionista.