Fuente: EL REPORTE
Ningún elemento del caído régimen chotano habría evitado las actividades al margen de la Ley. De esto da fe el minucioso trabajo del Equipo de Fiscales contra la Corrupción, que ahora viene compilando a una velocidad inimaginable una serie de actos irregulares que habría cometido la misma presidente Dina Boluarte. Como pasó con el golpista, los delatores de la jefa de Estado son personajes que eran parte de su círculo íntimo: Maritza Sánchez, su exasesora personal, y Henry Shimabukuro, eslabón de la red del profesor chotano y presunto financista de la campaña de la ahora inquilina de la Casa de Pizarro. Aunque ha venido negando esta galería de revelaciones de este binomio soltado aparentemente por el reo en Barbadillo, la mandataria se ha venido estrellando con pruebas contundentes que la desdicen como boletas, vouchers bancarios, facturas, fotografías, chats, audios y videos. Todo apunta a que la luna de miel en la Casa de Pizarro de Dina ya tendría fecha de expiración y que José Williams, presidente del Congreso, ya debería ir calentando.
El reinicio político de Boluarte empezó a desbaratarse prematuramente. No solo por su vínculo directo con el golpista (fue su inamovible ministra de Inclusión Social) y por cargar con algunas investigaciones encima (una de estas: ser presunta recepcionista de dinero ilegal de Los Dinámicos del Centro para Perú Libre). También por su mal manejo a la hora de enfrentar la ola de violencia pos golpe. Permitió que se alargue dos meses, dando a lugar a daños materiales y a más de 50 muertes que pudieron evitarse con un parón y que fue el cebo para que la izquierda profane el trabajo de nuestras fuerzas del orden. Esta galería ya venía moviéndose el piso. Sin embargo, la estocada habría llegado de la mano de Shimabukuro, personaje que se había desempeñado como asesor de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) por orden de Castillo.
La declaración de este personaje fue clara y directa: le financió todo a Boluarte cuando candidateaba como vicepresidente en la plancha del golpista. La ahora presidente pasó dos fases: primero negó que los conocía y luego dijo que en realidad nunca se había reunido. A estas alturas, se había sumado otra delatora: Maritza Sánchez.
El investigado por ser presunto integrante del Gabinete de la sombra de Castillo fue sin medias tintas hasta el Equipo de Fiscales contra la Corrupción para dar toda la información sobre la inversión que hizo a la campaña de la ex perulibrense. De acuerdo con su versión hizo lo siguientes pagos: el de los estrados para los mítines de cierre de campaña en Arequipa y Cusco; el de los spots en Youtube y Facebook; el de las impugnaciones de actas en el conteo de votos de la segunda vuelta electoral (gastó un total de S/ 8,360). También pagó un desayuno que Boluarte organizó para 200 simpatizantes a horas de la segunda vuelta; financió un comedor llamado “Ranchito Dina Boluarte” donde comieron perulibrenses que pernoctaron afuera del Jurado Nacional de Elecciones y de la ONPE mientras esperaban el conteo final de las elecciones. Algunos pagos los hizo a través de su empresa: Kuroshima Ingeniería y Construcción EIRL.
En el caso de la ex consejera de Dina, Maritza Sánchez, Shimabukuro aportó unos S/ 800,000 no declarados para financiar los gastos de campaña de Boluarte.
Para probar su versión ambos entregaron a la Fiscalía lo siguiente: boletas, vouchers bancarios, facturas, fotografías, chats, audios y videos. Asimismo, implican a otro personaje: Víctor Torres Merino, amigo y colaborador de Dina.
La secuencia de Shimabukuro fue así: apoyó económicamente a Boluarte; nunca le dio directamente el dinero, sino que lo hizo a través de Maritza o Víctor; esto le abrió las puertas de Palacio y Castillo lo citó en diciembre del 2021; el mismo profesor chotano le ofreció ser asesor de la DINI (con despacho y estacionamiento privados); aceptó y la oficialización de esta irregularidad la hizo Beder Camacho, ex subsecretario general de la presidencia.
La Fiscalía Especializada en Delitos de Lavado de Activos traduce este escenario de la siguiente manera. Dina Boluarte “se habría favorecido con el financiamiento prohibido de aportes, donaciones, contribuciones u otros beneficios provenientes del investigado Henry Shimabukuro, entre otras personas en proceso de identificación, con el fin de favorecer su campaña política personal".
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Fuente: CanalB
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