La inversión privada en el Perú habría registrado en el primer trimestre del 2025 un crecimiento superior al 7%, lo que representaría su mayor expansión trimestral desde el año 2021.

 

Esta cifra, aún en condición de estimación, confirma una tendencia de recuperación que comenzó en el segundo semestre del 2024, luego de dos años consecutivos de caídas en el 2022 y 2023.

 

Después de un modesto incremento en el 2024, el impulso de la inversión privada se ha consolidado, anotando su tercer trimestre consecutivo de expansión. Analistas destacan que esta mejora es clave para reactivar la economía nacional, especialmente en un contexto donde se busca combatir la pobreza a través de la generación sostenida de empleo formal y de calidad.

 

Los datos recientes indican que el arranque del 2025 ha sido auspicioso. Un indicador relevante como el despacho de cemento, asociado directamente al dinamismo del sector construcción, registró un crecimiento interanual de 2.3%. A ello se suma el notable aumento en las importaciones de bienes de capital, que avanzaron a tasas de dos dígitos, reflejando una mayor disposición del sector empresarial a invertir.

 

El repunte de la inversión privada es interpretado también como una señal de mayor confianza en el entorno económico, en un periodo que exige medidas efectivas para consolidar el crecimiento y reducir brechas sociales. Especialistas señalan que mantener esta trayectoria será clave para lograr un impacto real en la reducción de la pobreza y mejorar el acceso a oportunidades laborales en todo el país.

 

Sin embargo, advierten que el proceso aún requiere estabilidad política, incentivos claros y menos barreras burocráticas para que las decisiones de inversión no pierdan impulso. En ese sentido, sostener esta recuperación será un reto crucial para el gobierno y los actores económicos en lo que resta del año.