Actualidad

Una región castillizada

Publicado el 27 de febrero de 2023

Fuente: EL REPORTE


El encierro del golpista vino con una serie de estragos tanto en el plano local como internacional. El primero, respectivamente, se tradujo en la súbita ola de violencia de sus feligreses: algunos reivindicándolo; otros reprochándolo, pero la mayoría al compás de medidas anticonstitucionales —el cierre del Congreso, etc— como para dejar al Perú en la completa anarquía. El despliegue estratégico de las fuerzas del orden, más el apoyo de grupos patriotas que encararon a los mismos elementos rebeldes, pudo ir desinflando progresivamente la intentona. Sin embargo, esto no es todo. El profesor chotano apeló a su baraja de aliados en la región latinoamericana, que tiene en sus tronos a varios políticos de izquierda. Este alineamiento ideológico busca ser a cuentagotas un espaldarazo para la liberación del principal eslabón de una de las gestiones más erráticas de nuestro país.

 

México

Como principal botón tenemos a uno de los injerencistas más osados: el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Desde el día uno fue un voluntarioso vocero internacional de Pedro Castillo. Minimizó las investigaciones en contra del profesor chotano, revirtió surrealmente el golpe de Estado (no lo hizo Castillo, sino que fue contra él) y hasta asiló a su familia (Lilia Paredes y sus dos hijos) por una falsa persecución. Su respaldo es tan contundente que ahora ha llevado al límite las relaciones diplomáticas entre Perú y México. Esto último ganó cuerpo cuando decidió no darle la presidencia pro témpore de la Alianza del Pacífico a la mandataria peruana Dina Boluarte.

 

“Yo no quiero entregar la presidencia a un gobierno que considero espurio, que decidan los miembros del grupo de Río. (...) Yo no quiero legitimar un golpe de Estado”, dijo.

 

A este rechazo se sumó la reunión que tuvo con la esposa del golpista en el Palacio del gobierno mexicano. “La esposa del expresidente Pedro Castillo pidió que el presidente López Obrador que México llevara ante la Organización de las Naciones Unidas el caso para que se pudiera reinstalar a Pedro Castillo en el poder. También le pidió el apoyo para que Castillo viajara a México y que pudiera enfrentar desde la embajada de México su problema legal que enfrenta en su país”, dijo el periodista mexicano Irving Pineda para un medio local sobre esa cita.

 

Desde Perú, la respuesta del Ejecutivo fue contundente. Tras hacer un recuento de todas las interferencias de AMLO, la presidenta informó lo siguiente: "He dispuesto el retiro definitivo de nuestro embajador de los Estados Unidos mexicanos (Manuel Gerardo Talavera Espinar) y de esta manera las relaciones diplomáticas entre Perú y México quedan formalmente a nivel de encargado de negocios".

 

Bolivia

 

El otro personaje que viene metiendo sus narices en la política local es Evo Morales, ex presidente boliviano. Quien fuera el invitado estrella en el búnker de Sarratea apenas iniciada la gestión chotana, se convirtió luego en la encarnación de la narrativa golpista. En el sur del país, sobre todo en Puno, le había sacado lustre a su destreza en la agitación y hasta sugirió que esa parte de nuestro territorio se divida, que tome su propio rumbo.

 

Ahora, sin embargo, le ha bajado un poco el volumen después que el 26 de enero el Congreso lo declarara persona non grata. Las justificaciones: el líder del Movimiento al Socialismo (MAS) estaba desequilibrando el orden interno y democrático del Perú. “[Tiene una] evidente injerencia e intromisión en la agenda política, social y económica del Gobierno del Perú”, se lee en el documento.

 

Colombia

 

A esta lista también se suma el país liderado por el exguerrillero Gustavo Petro. Su respaldo a Castillo ha sido insobornable. Incluso llegó al punto de comparar a las fuerzas del orden con los nazis. Este fue la gota de agua que rebalsó el vaso y desde el Congreso lo declararon persona non grata.

 

“Estamos seguros que ni peruanos ni colombianos deseamos que declaraciones desafortunadas afecten nuestros vínculos de amistad, los intereses que compartimos y nuestra visión de futuro”, dijo la canciller Ana Gervasi en una entrevista este último 25 de febrero con el medio colombiano Semana. “La injerencia en asuntos internos de otro país es inaceptable y violatoria del principio de no intervención entre Estados”, agregó.

 

Argentina

 

Desde Argentina la situación es intermitente. Al comienzo el gobierno de Alberto Fernández expresó su apoyo al profesor chotano y el rechazo a su vacancia porque representaba “la voluntad ciudadana que se pronunció en las urnas”. Con el tiempo, la máxima autoridad argentina se fue poniendo al margen, aunque esto coincidió con la aparición en el tablero de otros elementos con los que está alineado. Primero fue la mal denominada Misión de Solidaridad Internacional y Derechos Humanos. No solo habían entrado maquillando sus verdaderas intenciones (nunca se reportaron como una misión ni tampoco como turistas) sino que tienen como líder, o cabecilla, a Juan Grabois, un comunista de largo historial. Incluso lo relacionaron con las marchas terroristas en Colombia en 2019, razón por la que lo expectoraron de ese país.

 

También se suman al frente argentino los abogados Eugenio Raúl Zaffaroni y su discípulo Guido Croxatto. El primero, exjuez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y ahora defensa legal de Castillo, dijo sobre el mensaje del golpe: “Es un discurso en que disponía la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones. Hoy está privado de libertad por delito de rebelión. El delito de rebelión requiere alzarse en armas. Castillo no tenía ningún arma. Castillo no tenía ni apoyo de las Fuerzas Armadas ni apoyo de nadie”.

 

Respecto a otros países como Chile la última reunión de la CELAC fue un espejo para ver sus posiciones. Gabriel Boric, presidente chileno, dijo que en Perú solo hay represión de las fuerzas del orden y que los manifestantes son las víctimas. Lo mismo pasó con la presidente de Honduras, Xiomara Castro, quien además pidió la liberación de Castillo. Esto también provocó la salida definitiva del embajador del Perú en Honduras, Jorge Alejandro Raffo Carbajal.

 

El cuadro exhibe cómo los tentáculos de la izquierda regional hacen espíritu de cuerpo para tapar al golpista. El gobierno de Boluarte debe ponerse fuerte ante esta arremetida y también ponerle doble atención al fuero local para no sucumbir ante un sorpresivo golpe de los violentistas.

 


Si quiere suscribirse a todo el contenido de El Reporte vía WhatsApp dele clic a este link: https://bit.ly/3DKKJfs
También puede ingresar a su cuenta de Telegram: https://t.me/elreporteperu

 

 

 

Fuente: CanalB

Noticias relacionadas

Escribe un comentarios
Últimas publicaciones