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Marx: ese pobre diablo, por Martha Meier M.Q.

Publicado el 03 de abril de 2023

Por Martha Meier M.Q., publicado en Expreso


Si la juventud venera, como lo hace, a un ocioso, mantenido y misógino como Karl Marx es, simplemente, porque ha sido intoxicada por maestros socialistas y comunistas, encasillada en el correctismo político y engañada por la grosera desinformación de los grandes medios.

 

Karl Marx no fue más que un pobre diablo cuya importancia ha sido exagerada. Tuvo una vida alejada de su prédica comunista. Fue un borracho que despilfarró irresponsablemente el dinero ajeno en alcohol y prostitutas. Pasó su vida, endeudado. La obra de este vicioso mequetrefe impulsó el surgimiento del comunismo y el socialismo, que fueron la partida de larguísimas dictaduras criminales como: la Unión Soviética de Lenin y Stalin; la China de Mao; la Cuba del barbudo Fidel Castro; la Camboya desangrada por Pol Pot; la Rumanía del brutal Ceausescu y la Yugoslavia de Tito.

 

El hipócrita que defendió a los obreros y taladró mantras venenosos como ‘la lucha de clases’ y ‘la dictadura del proletariado’, llevó una vida de burgués vicioso. De joven pasaba más tiempo en los burdeles que en las aulas de la Universidad de Bonn. Llegó a ser parte del infame Club de la Taberna de Tréveris , una agrupación de borrachos como él, donde llegó a presidente. Sí Marx fue presidente de un club de beodos.

 

En el primer semestre de 1836 fue expulsado de la universidad por “desorden nocturno en la vía pública y embriaguez”. Los Marx eran una familia de clase media y decidieron matricularle en la facultad de Derecho de la Universidad Humboldt, de Berlín, donde le fue peor pues las leyes no le interesaban. Allí empezó a acercarse a las ideas filosóficas de Hegel. Se doctoró en la mediocre Universidad de Jena, de bajo nivel académico y conocida por facilitar títulos a cambio de dinero.

 

Pasó cuatro años en la Universidad de Berlín y, por supuesto, fue encarcelado por alboroto, borrachera y cargar armas prohibidas. En su diploma quedó constancia de sus múltiples denuncias por deudas.

 

Marx se dedicaría luego al periodismo en Colonia, y escribió para la ‘Gaceta Renana’. Allí empezó a expresar opiniones políticas cada vez más socialistas. Quienes lo conocieron decían que tenía un un ego sobredimensionado.

 

El de la lucha de clases, se casó con Jenny von Westphalen, baronesa prusiana que dejó plantado a un joven aristocrático por Marx, quien por supuesto la desplumó. Lo primero que hizo fue exigir que pagase las deudas pendientes por sus borracheras y gusto por las prostitutas. Pronto su esposa no tenía un céntimo.

 

Durante años, Marx y su familia sobrevivieron gracias a la ayuda de su suegra y amigos. Otro al que exprimió como a limón fue a Friedrich Engels, con quien escribió el inservible “Manifiesto comunista” (1848). Engels hasta le regaló una piso en Londres, pero ni así Marx se preocupó por la estabilidad de los suyos.

 

 

 

Fuente: CanalB

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