Por Augusto Cáceres Viñas
Existen pequeños grupos; muy activos, organizados y militantes. Altamente politizados, y pertinazmente marxistas, que a pesar de ser muy desunidos y estar profundamente divididos, siempre se muestran orgullosos de ser comunistas, y todos, sin excepción, se declaran, “progresistas”. Hay otros, en número mayor, también activos, pero ni organizados, ni militantes, algunos se creen intelectual y culturalmente superiores al resto, y les disgusta que los tilden de marxistas, pero se proclaman como “de izquierda” o “progres”. Lo común entre ellos, es que detestan al “neoliberalismo”, son enemigos acérrimos del capitalismo y pregonan ser ambientalistas.
El discurso de ambos es que todos los males de la sociedad mundial y especialmente la peruana, son causados por “este modelo económico caduco e injusto, que nos tiene sumidos en la pobreza”. Les encantan las discusiones ideológicas y teóricas, con alto contenido retorico, para intentar explicar que, gracias al socialismo científico, materialismo dialéctico e histórico, incluidos; todos los males de la sociedad terminaran.
Claro que cuando los pones frente al total fracaso del comunismo soviético, luego de 70 años de aplicado, ellos responden cínicamente “ese marxismo no me representa”.
En 1848, hace 175 años, Carlos Marx determino que el fin del capitalismo estaba cerca.
Por coincidencia, en 1850 se mide la población mundial de manera certera; en esa época éramos 1,000 millones de habitantes, hoy somos 8 mil millones, un impresionante crecimiento del 800%. Sin embargo, en 1850 los pobres eran más del 50% de la población, y hoy con 7 mil millones más, estos son el 20%. Más habitantes, pero menos pobres. Y es ese capitalismo, que según Marx, estaba al borde la desaparición, el que ha logrado ampliar la frontera agrícola, desarrollar la ganadería, producir más y mejores alimentos, desterrando el temor de la catástrofe maltusiana. Y proveído bienestar a nuestro superpoblado mundo.
Permítanme ustedes, una somera revisión del progreso de la humanidad en manos del despreciable capitalismo:
En 1850 la esperanza de vida era de 30 años y en la actualidad es de 70, como promedio. ¿A qué se debe esto?, a que gracias a las mejores condiciones de vida y salubridad, los 8 mil millones de humanos, hoy vivimos más del doble.
Las medicinas más asombrosas; los antibióticos, empezando por la penicilina, seguidas por las vacunas y los últimos descubrimientos médicos, farmacológicos y tecnológicos; para el SIDA, cáncer y cientos de enfermedades, se han descubierto bajo el monstruoso sistema capitalista.
Los motores; a vapor, explosión, eléctrico, y energía nuclear, así como el ferrocarril, automóvil y el avión, fueron inventados y desarrollados en las caducas naciones capitalistas.
El telégrafo, la telefonía, electricidad, computadoras e internet, fueron obra y gracia de los desalmados capitalistas; concebidas y desarrolladas en esas sociedades.
Google, Facebook y twiter. Así como los sistemas operativos, Windows, Mac, y los Smartphone, que impulsan el conocimiento, las comunicaciones y la libertad, son obra de las alienadas mentes de los crueles capitalistas.
La declaración universal de los derechos humanos; su creación, implementación y estricto cumplimiento, es producto de las naciones capitalistas, y es en estos países que las minorías; religiosas, étnicas y de todo tipo, tienen ahora mayores posibilidades de igualdad de derechos.
De igual manera, son los discriminadores Estados capitalistas los que exaltan, aceptan y favorecen todas las libertades sin ninguna excepción y las demandas de todos los grupos sin ninguna exclusión.
Todos los países que cuentan con mejores condiciones de salud, educación y trabajo, viviendas decentes, menores tasas de mortalidad infantil, desnutrición, y con mínima pobreza, donde se aplican, hoy, medidas concretas de remedio y cuidado medio ambiental; son capitalistas. No de ahora, sino de hace 200 años y han logrado con el capitalismo, mayor bienestar para sus ciudadanos.
En suma, los mayores avances de la humanidad, que han permitido a los 8 mil millones de humanos lograr una singular evolución; social, económica, en conocimientos, y la revolución tecnológica, han sido posibles en los países donde el capitalismo rige desde hace dos centurias.
Los comunistas y sus acólitos “progres”, acusan al capitalismo de todos los males; del Perú y el mundo; saben, pero callan, que es en estos últimos 30años; bajo este incipiente capitalismo, y a pesar de nuestros gobernantes, donde el Perú ha reducido significativamente la pobreza. Por ello su discurso es sinuoso y gaseoso.
Si es el capitalismo el que ha traído más desarrollo y bienestar al mundo, y logrado progreso en las naciones, ¿cuál es el problema del Perú?, el verdadero problema del país y de aquellos que no han conseguido aun su desarrollo son; el populismo, el marxismo, sus predicas y predicadores. Durante 20 años, entre 1970 y 1990, el marxismo y populismo gobernaron simultáneamente en el Perú, el resultado fue el mayor desastre económico y social de nuestra historia, que nos trajo luego, como era de esperarse; autoritarismo y populismo. Y en los últimos ocho años, el sesgo marxista de los regímenes de Humala, Vizcarra, Sagasti y Castillo, casi han logrado revertir todo lo avanzado. Los reciclados comunistas y sus aplicados alumnos de hoy, rejuntados en frentes y colectivos; “populares, “de izquierda” o “progresistas”, denuestan y predican incansablemente sobre las maldades del capitalismo, y de su desgraciada consecuencia, denominada por ellos como “extractivismo”, pregonando las “ventajas” del “post-extractivismo”, que es el último y esperpéntico invento del marxismo, y que no es otra cosa que el fracasado y retrogrado sistema comunista que ya sufrimos, pero disfrazado.
Con esa finalidad nuestros marxistas y seguidores, se publicitan y promocionan, gracias al aporte de miles de capitalistas y de los Estados, también capitalistas, que a través de las ONGS mundiales los financian, como antes lo hacían con el dinero de la ex unión soviética.
Todo ello demuestra que los proclamados “progresistas” peruanos son falsos, no solo porque viven, actúan y se comportan como capitalistas, sino y específicamente porque su prédica es contraria al progreso. Quieren para el Perú un sistema bajo el que no viven, incluso algunos residen en el extranjero y en países emblemáticamente capitalistas, sin embargo insisten en aplicar aquí un modelo que no ha funcionado en ninguna nación del mundo; porque coarta la libertad, impide el desarrollo y aumenta la pobreza, como en Cuba, Corea del Norte y Venezuela.
Publicado el 21 de agosto de 2015 y Actualizado el 8 de setiembre del 2023
Augusto Cáceres Viñas
Fuente: CanalB
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