La anemia infantil por deficiencia de hierro está en aumento a nivel nacional en el Perú. Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) del INEI, en el 2022, el 42.4% de niños de 6 a 35 meses padecían esta enfermedad, lo que representa un aumento del 3.6% en comparación con el año anterior.

Las regiones más afectadas son Puno y Ucayali, con un 67.2% y 65.8% de prevalencia de anemia infantil, respectivamente. Aunque la región sur experimentó una disminución del 3.2% en comparación con el año anterior, 19 regiones del país vieron un aumento en los niveles de anemia. Huánuco y Loreto fueron especialmente preocupantes, con incrementos del 11.5% y 11.4%, respectivamente.

María Elena Ugaz, de Unicef, señala que el Perú enfrenta un problema crítico, ya que la prevalencia de anemia infantil supera el umbral del 40% establecido por la OMS para considerarlo un problema de salud pública severo. A pesar de que en el 2021 se logró una disminución por debajo del 40%, en el 2022 hubo un retroceso.

Además, la desnutrición crónica afectó al 11.7% de los niños menores de cinco años en el 2022, un incremento del 0.2% en comparación con el año anterior.

Ugaz atribuye este retroceso a las crisis políticas, ambientales y climáticas que impactan negativamente en la prevención de la anemia, ya que reducen la capacidad de las familias para acceder a alimentos nutritivos. La pobreza también juega un papel importante, ya que el 36.7% de los niños y adolescentes viven en situación de pobreza monetaria.

La anemia tiene un impacto en el desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños. Aquellos que la padecen a temprana edad pueden experimentar una reducción del 9% en su coeficiente intelectual y pueden presentar comportamientos más retraídos, menos sociables o irritables.